LA RENUNCIA DE LATORRE
En varias oportunidades Latorre proyectó la realización de
elecciones para regularizar su gobierno de facto., y otras tantas veces se
decidió la prórroga de su actuación como Gobernador Provisorio. Cuando se
realizó la convocatoria los partidos se abstuvieron de presentarse.
En diciembre de 1877, luego de suspender las elecciones de
noviembre por falta de interesados, Latorre designó una comisión para elaborar
una ley electoral. La integraban figuras de relieve político como Manuel Herrera
y Obes, Juan José de Herrera, Lorenzo Batlle, Francisco Vidal, Juan Jakson,
Mateo Magariños Cervantes, etc. El proyecto, que introducía dos modificaciones
importantes: voto obligatorio y representación proporcional, no fue aceptado
por el gobernante.
En noviembre de 1878 se celebraron elecciones para formar la
Asamblea General en las cuales sólo participaron los seguidores de Latorre. El
15 de febrero de 1879 se instaló la nueva Asamblea y ante ella Latorre hizo
entrega del poder, quedando como presidente provisorio el presidente del Senado
Francisco Vidal. Algunos días después, el 1 de marzo, la Asamblea General se
reunió para designar presidente de acuerdo con la constitución, eligiendo a
Lorenzo Latorre. De esta forma Latorre inició un nuevo mandato, pero ahora
cumpliendo con las normas constitucionales.
Pero apenas diez meses después, Latorre pidió licencia y
finalmente presentó renuncia en marzo de 1880. Los motivos de la renuncia han
sido debatidos por los historiadores. Según algunos Latorre había cumplido los
objetivos que llevaron a los sectores conservadores a apoyarlo y ya no era
necesario, por lo que buscaron un retorno a la formalidad constitucional.
Para otros historiadores Latorre no se adaptó a gobernar
legalmente. Imposibilitado de gobernar arbitrariamente y sin controles, no supo
ejercer el gobierno apegándose a las leyes y decidió renunciar. Hay quienes
sostienen que Latorre presentó renuncia para provocar temor en aquellos
sectores que lo habían apoyado para obtener el orden y la seguridad, y obtener
un nuevo apoyo incondicional que le devolviera el poder absoluto que tenía en
1876. No debe olvidarse que en 1879 se produjo una crisis financiera que afectó
el presupuesto y obligó a tomar medidas drásticas y antipopulares.
Según sus partidarios Latorre se retiraba cansado de la
lucha y decepcionado por la falta de colaboración. El diario “La Nación”,
oficialista, señalaba como posibles motivos de la renuncia “el cansancio de una
lucha sin tregua, las decepciones y desencantos experimentados, la indiferencia
del elemento sano del país. Los enemigos lo acusan de ambicioso vulgar, de
tirano, sin que los propietarios, los comerciantes y las clases conservadoras
formulen una sola protesta contar los que así fomentan las perturbaciones y el
desorden”. Pero el mismo diario, algunos meses después durante el gobierno de
Santos, explicaba la renuncia de otra manera. Según la nueva interpretación
Latorre con su renuncia quiso provocar desorden y la disolución de las cámaras;
la renuncia no habría sido otra cosa, según este diario, que una maniobra
política destinada a crear un clima de inseguridad que le permitiera a Latorre
volver con poderes extraordinarios.Al renunciar Latorre dirigió un manifiesto
en el que indicaba que “deberes de conciencia y de dignidad personal” lo
impulsaban a alejarse del gobierno. Dejaba ver cierto desaliento al afirmar que
“...nuestro país es un país ingobernable. Con tal convicción, no tengo el valor
civil de afrontar por más tiempo la ruda misión que me impuso el voto de la
representación nacional.”